Introducción
Los esfuerzos
teóricos y prácticos
para justificar la violencia en el siglo XX y en el comienzo del siglo
XXI van desde los grandes proyectos ideológicos y
geopolíticos
con sus desastrosas consecuencias hasta los intentos de paz frente a la
multiplicación de conflictos bélicos locales actuales
tomando
como base la Declaración Universal de los Derechos Humanos
así como los ideales democráticos, teniendo ambos sus
raíces
en la Ilustración europea. Pero los orígenes
teóricos
de la violencia y el pacifismo van más allá del horizonte
de la modernidad, puesto que se remontan al surgimiento de la
metafísica
occidental.
El filósofo Gianni
Vattimo es
una de las figuras claves en el gran debate europeo y
transatlántico
actual en torno a las complejas relaciones entre metafísica,
violencia
y modernidad. Su "pensamiento débil" surge tomando como base
empírica
la experiencia histórica de los últimos siglos al mismo
tiempo
que se abre a una reflexión y a un diálogo con las
interpretaciones
que pensadores como Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger y Hans-Georg
Gadamer han propuesto con respecto a dicha experiencia y a su
raíces
filosóficas.
I.
Vattimo como
intérprete de Nietzsche y Heidegger
La tesis de Wolfgang
Sützl está
dedicada a una elucidación del "pacifismo estético en
Gianni
Vattimo". El autor expone en primer lugar la interpretación
vattimiana
de Nietzsche. Contrariamente a lo que se suele pensar sobre el
pensamiento
del filósofo alemán, Vattimo interpreta al nihilismo
nietzscheano
como una pérdida del fundamento metafísico, incluyendo
éste
también los esfuerzos modernos por superar la situación
de
inseguridad del sujeto, lo que lleva inevitablemente a una
dominación
casi siempre violenta de los diversos objetos que se le contraponen. El
autor explicita de que modo conceptos claves como el de libertad y
responsabilidad
adquieren un nuevo sentido en un marco no totalizante de la realidad.
Dicho
marco de tipo no-violento es eventual en el sentido de una
"libertad
de la violencia" ("Gewaltfreiheit") pensada como "distancia de
la
violencia" (gen.obj.) — a diferencia de una "falta de violencia" ("Gewaltlosigkeit")
— en la que el sujeto "debilitado" aprende a responder a situaciones
imprevisibles
y complejas más allá de una relación de dominio o
de sujeción. El autor expone en este sentido la
interpretación
vattimiana de la actual sociedad de la comunicación en la que un
intercambio intensificado de mensajes se contrapone a una
relación
de violencia que excluye toda relación dialógica. A
diferencia
de la escuela de Frankfurt, Vattimo acentúa la función de
las "racionalidades locales" cuyos intentos de emancipación o de
apropiación han de ser vistos en una relación oscilante
con
experiencias de extrañamiento.
Sützl analiza en
detalle las relaciones
mutuas establecidas por Vattimo entre Nietzsche y Heidegger, mostrando
la originalidad de la lectura vattimiana de Nietzsche en particular con
respecto a la concepción del error como posibilidad de pensar y
de vivir, poniendo así límites a la idea de una verdad
objetiva,
pero sin caer en un nihilismo absoluto. Su interpretación
nietzscheana
es decir nihilista de Heidegger muestra el peligro de esperar la
llegada
de un ser auténtico o de una "verdad fuerte" en la
biografía
de este pensador. Esto clarifica también el sentido del concepto
de emancipación en Vattimo. Leido literariamente
Nietzsche
deviene paradójicamente el precursor de una ontología
hermenéutica
nihilista en la que el ser es heideggerianamente pensado como evento.
II.
"Gestell",
"Verwindung" y "Gelassenheit"
Esta lectura inversa de
Nietzsche desde
Heidegger lleva a su vez a una interpretación nihilista de
Heidegger
que constituye una de las claves del pensamiento de Vattimo. A esta
interpretación
nietzscheana de Heidegger dedica el autor un extenso capítulo,
en
el que los conceptos heideggerianos de "Gestell", "Verwindung"
y "Gelassenheit" ocupan un lugar central. En este juego de
interpretaciones
el autor hace suyo el método hermenéutico vattimiano en
el
sentido de que el diálogo con otros pensadores del pasado o
contemporáneos
es entendido como una respuesta a una "Überlieferung", es
decir
a la trasmisión de un mensaje. Esto tiene como consecuencia un
pensamiento
"débil" que no pretende exponer una teoría violenta
globalizante,
sino que se asume en un diálogo en el que reconoce su propia
historicidad.
Sützl señala la importancia del concepto heideggeriano de "Verwindung"
(remisión) para Vattimo así como la relación de
dicho
concepto con el de "Ereignis" (acontecimiento') y "Gestell"
(im-posición).
Vattimo lleva a cabo una
lectura "secularizadora"
e "izquierdista" o emancipadora de Heidegger, lo cual se puede
considerar
como uno de los aportes más innovadores del pensador italiano.
En
esta interpretación juega también un rol esencial el
lenguaje
en el sentido de un "libre flujo de la comunicación" al que
Vattimo
opone los movimientos totalitarios de aspiración
escatológica,
sin aspirar a su vez a una eliminación de la violencia. Esto
último
sería de nuevo un proyecto violento como lo demuestran los
planes
político-militares de seguridad basados por ejemplo en
soluciones
armamentísticas. El "pensamiento débil" aspira sólo
a una reducción progresiva de la violencia en base a una
remisión de la metafísica, no a su eliminación.
La guerra así como la violencia en general significan, desde un
punto de vista vattimiano, el intento metafísico de apropiarse
del
ser como presencia o, en otras palabras, el olvido de la apertura
originaria
no generada por el hombre.
Sützl muestra el pasaje
de una
"hermenéutica de la escucha" a una ética
postmetafísica
en la que la dimensión autónoma de llamada de los
mensajes
es respetada en su alteridad de modo tal que toda interpretación
remite originariamente a un "escuchar silencioso" primario. Esto
último
a su vez no apunta, en la interpretación "secularizante" de
Vattimo,
a algo misterioso sino a la autonomía misma del llamado, a su
eventualidad
así como a la mortalidad de la existencia. La libertad humana se
encuentra así al mismo tiempo integrada en una historia de
trasmisión
de mensajes y liberada dado el carácter abierto del darse mismo
de los eventos.
Sützl interpreta
esta estructura
a su vez en el sentido de una "conflictividad no-violenta" en el que
las
respuestas a los conflictos no aspiran a una solución total o a
una superación dialéctica, sino a una "Verwindung"
(remisión). El autor explora la relación entre el "Gestell"
y las técnicas de información y comunicación,
indicando
que ellas son para Vattimo al mismo tiempo una radicalización de
la metafísica y el lugar de su implosión o
debilitamiento.
Esto sólo es posible porque la técnica de fines del siglo
XX es una técnica de comunicación, cuyo modelo no es el
motor
entendido como estructura central y estable sino la red, es decir algo
descentralizado, móvil y efímero, en la que la realidad
no
es ya más una autoridad sobre el hombre, sino en la que hombre y
ser están en una relación oscilante ("schwingend").
La relación de serenidad ("Gelassenheit") de la que habla
Heidegger en la que el hombre ni rechaza ni afirma totalmente a la
técnica,
es interpretada por Vattimo como una "libertad estética" es
decir
abierta u oscilante, la cual constituye la condición de un
pensamiento
y de un actuar no-violentos o post-metafísicos.
III.
El "pensamiento débil" en diálogo con Habermas, Rorty y
Feyerabend
El autor pone en
relación al "pensamiento
débil" de Vattimo con algunos defensores de la modernidad como
Habermas
y Rorty, mostrando como la "modestia de la filosofía" originada
por la pérdida de inocencia del pensamiento occidental
después
de Hiroshima y Auschwitz, cuestiona justamente el proyecto de la
Ilustración
como proyecto metafísico incompleto de dominación. El
"pensamiento
débil" no tiene la intención de dar razones convincentes
como lo pretendía el "pensamiento fuerte", sino que está
relacionado a dimensiones de bondad, paciencia y atención que
Vattimo
resume bajo el concepto de pietas que Vattimo piensa como una
ética
de relación a bienes próximos, a diferencia de una
ética
de normas últimas.
El autor dedica un
capítulo
de su tesis a la génesis del "pensamiento débil"
partiendo
de la experiencia de la crisis de la razón dominadora. La pietas
vattimiana es entendida como una capacidad de escuchar los mensajes del
pasado de forma nueva. Se trata de una virtud auditiva que evita la
equiparación
de lo nuevo con lo bueno así como el inmovilismo de una
determinada
pre-comprensión normativa — a menudo la de los vencedores y
opresores
— de un mensaje del pasado. El "pensamiento débil" cuestiona
todo
intento de integración dialéctica en un proyecto total.
Sützl
se pregunta si la disolución de la dialéctica en el
pensamiento
de la diferencia no conduce a un pensamiento "conservador" incapaz de
cambiar
las relaciones de poder y dominio.
Sin embargo para Vattimo
la crítica
o, mejor dicho, la rememoración de los envíos, debilita
su
carácter ilusorio de identidad totalizante. La pietas no
es concebida como una relación con lo divino o con el ontos
on
metafísico sino como la "salvación" de las huellas de la
finitud y como relación no-violenta con lo vivido mediante un
cuidado
y una atención actual a los entes en su proveniencia
histórica
y en sus apariencias. En resumen, Vattimo presenta una alternativa a la
ética normativa de imperativos, poniendo el acento no en la
capacidad
de un razonamiento fundador sino en el debilitamiento del ser que es al
mismo tiempo el debilitamiento del pensamiento que co-responde a la
historia
misma del debilitamiento.
Esto tiene como
consecuencia, como
lo indica Sützl, el pensar la paz débilmente, es decir no
como
objeto o estado, o sea como algo que puede ser construido o apropiado,
sino como la permanente posibilidad de "efectuación" o puesta en
obra de una "no-violencia sin paz". Dicho en una forma menos
irónica
y paradójica, el "pensamiento débil" traducido en
proyecto
social significa un debate continuo en base a la permanente
disolución
de fundamentos supuestamente seguros, sin que esto traiga consigo la
arbitrariedad
del "anything goes" (P. Feyerabend), ya que la
hermenéutica
rememora justamente las pre-comprensiones transmitidas y las reglas
heredadas
en las que el pensamiento y la acción se encuentran siempre
condicionadas
pero no totalmente determinadas. Dicha herencia es la sustancia de la pietas
no como una jerarquía estática de valores, sino como un
estímulo
para su interpretación. La ética vattimiana es una
ética
de bienes y no de imperativos.
La
visión
"débil" de
la tradición hace que el pensamiento vattimiano no pueda ser por
tanto ubicado dentro de esquemas conservadores, mientras que al mismo
tiempo
su ímpetu hermenéutico debilita las visiones
proféticas
ubicándolas en "una densa red de interferencias". A esto
contrapone Sützl la legitimación de la fuerza como
despliegue
de un poder que define aún a la sensatez como verdad objetiva.
Vattimo
suministra buenas razones para separar emancipación y fuerza o
violencia
sin ponerse a sí mismo en una posición de fuerza, sino
abriendo
espacios para el pensamiento y la acción. A esto se refiere la
"ontología
del declinar" en la que el proceso de recuperación del ser es
pensado
nihilísticamente como reducción de la violencia a
diferencia
de algunos movimientos revolucionarios cuyo olvido del ser llevan a una
reapropiación del ente, perdiendo de vista el carácter
eventual
o remisorio ("Schickung") del ser y con ello
también
la diferencia ontológica, culminando en la disolución
final
de la libertad en la seguridad.
La hermenéutica es
para Sützl,
quien coincide en esto con Wolfgang Welsch, la "columna vertebral" del
pensamiento vattimiano. Ella está vinculada, a diferencia de
como
se la entiende tradicionalmente, con los problemas de la actualidad
cultural
y política. No es una teoría sobre la pluralidad de
interpretaciones,
sino una filosofía de la historia nihilista que pone en
cuestión
las "estructuras fuertes" o violentas aún en el caso de que
ellas,
remontándose a la herencia de la Ilustración, se pongan
al
servicio de la emancipación. La reducción de la
violencia
como "hilo conductor" de la historia es el punto en el que la
concepción
vattimiana de la historia se separa de la conceptualización
idealista
de la eliminación de la violencia. Sützl indica que
esta postura permite también una visión crítica
del
consumismo desenfrenado así como de todo tipo de
integrismo.
Sin embargo la
hermenéutica
nihilista no puede presentarse, sin contradecirse, como un discurso
alternativo
u opuesto a los discursos dominantes, sino que ha de ser entendida como
"frenador o contaminante". El pensamiento de Vattimo es un pensamiento
de la contaminación, de carácter anárquico en el
sentido
que busca abrir espacios de "libre juego". No aspira a una
liberación
definitiva y permanente, sino que se mueve dentro del juego de
contingencias
históricas buscando evitar las "estructuras fuertes". Su
finalidad
no consiste en apropiarse de un estado no-violento, sino que se piensa
dentro de una estructura eventual en la oscilación entre la
"igualdad"
("das Gleiche") — incluyendo aquí los reclamos (de
derecho)
de "igualdad" ("Gleichheit") y equivalencia ("Gleichwertigkeit")
— y la "mismidad" ("das Selbe"). Mientras que la "igualdad"
aspira
a la eliminación de las diferencias, la "mismidad", pensada
heideggerianamente,
hace posible el diálogo histórico, sin que se pueda
hablar
de un derecho a la diferencia, ya que esto incluiría a
la
hermenéutica nihilista dentro del pensamiento institucionalista,
quitándole su carácter anárquico.
Sützl indica las
diferencias de
esta posición con relación a la ética de la
comunicación
de Habermas y Apel, con sus implicaciones idealistas, a la ética
de "redescripciones" de Rorty, con su imperativo de que la
"conversación
continúe", y a la ética de la continuidad de Gadamer, que
se concibe como un método universal. Para la hermenéutica
nihilista, resume Sützl, lo "próximo" — y no un telos
lejano a alcanzar mediante el instrumentalismo técnico — es lo
único
que tenemos.
La ética de
Vattimo es una ética
del cuidado y de la atención. Esto no significa que ella excluya
a la razón o que sea una apología del "irracionalismo",
como
lo indica el autor en un capítulo dedicado al tema de "una
razón
no-violenta". A diferencia de las concepciones puramente
esteticistas
de la hermenéutica de Rorty y Derrida, Vattimo sostiene que el
filósofo
tiene una tarea pública argumentativa justamente en vista del
debilitamiento
de la razón y que dicha tarea se diferencia de la visión
gadameriana que no sería consciente de su propio carácter
hermenéutico. La razón de la hermenéutica es una
razón
particular es decir consciente de su vínculo con la
tradición
("Überlieferung") y sin pretensiones universalistas. Es una
razón "débil", es decir dinámica, en
transición,
que no puede pretender tener en si misma una razón última
de si, justamente por pretender abrir un camino no-violento.
IV.
Hermenéutica
y tecnologías de comunicación
La tarea hermenéutica
se asemeja
al trabajo del bibliotecario que elige, obtiene y coloca nuevos libros
transformando así la biblioteca. Esta metáfora indica
también
la relación entre el pensamiento vattimiano y los medios de
comunicación.
Sützl muestra de que modo el proyecto global de las
técnicas
de información y comunicación (TIC) debilita las
posibilidades
de control siendo así a la vez un peligro de unificación
"fuerte" y una oportunidad de libertad y pluralidad. Esta doble
naturaleza
corresponde a la realidad del mercado con sus aspectos "duros" y su
realidad
mudable.
El "Gestell"
heideggeriano se
hace imagen y esta se torna información en los medios de
comunicación.
Con ello surge también la utopía de la
"autotransparencia"
(K.O. Apel) que Vattimo percibe — tomando en cuenta los diversos
movimientos
de oposición que ven en la globalización una amenaza a la
libertad, privacidad y autonomía —, como un ideal normativo y no
emancipativo. Las redes de comunicación establecen no
sólo
la base para una experiencia humana común, sino que promueven
simultáneamente
la fragmentación y la contextualización. En este sentido
son una "Verwindung" de la modernidad. Las posibilidades de
emancipación
consisten precisamente, como lo indica Sützl, en un "'caos'
relativo"
en el que una situación de control coexiste con zonas
incontrolables.
La estética vattimiana de los medios de comunicación se
desarrolla
en los años ochenta y está limitada en parte al
período
pre-Internet. El autor indica sin embargo en diversos capítulos
de su tesis la relevancia de este pensamiento para la situación
actual de las TIC.
A diferencia de Habermas
que busca
una "liberación de la interpretación" se trata
para
Vattimo de una "liberación de la interpretación"
y
por ello afirma el carácter emancipador de la
ficcionalización
al poner de manifiesto el conflicto con la realidad como se da
paradójicamente
en los reality soaps. El autor dedica otro capítulo de
su
trabajo a la relación entre estética y
emancipación,
mostrando la crítica vattimiana a la estética
metafísica
con su estructuras de dominio a la luz de su interpretación
hermenéutica
y nihilista de Nietzsche y Heidegger así como de Benjamin, quien
le proporciona una apertura a la obra de arte más allá de
su comprensión clásica como "cosa". Su reproducibilidad
técnica
y, aún más, informacional, desmaterializa y disloca a la
"obra" de arte. Esto permite experimentar la debilitación del
ser
y el proceso de "secularización" a la que alude la
"estética
ontológica" de Vattimo en la que el arte niega su autenticidad
abriéndose
a una pluralidad de contextos y utilizando activamente las
posibilidades
de las técnicas de reduplicación y difusión
tomando
parte, en un juego irónico, del "encuentro con el otro". De este
modo, la obra de arte inaugura un consenso transitorio y fugaz que
Vattimo
relaciona con los análisis heideggerianos de la verdad y el
arte.
Sützl concibe a la estética vattimiana como un pensamiento
de "lo pacífico" no como origen y destino, ni tampoco como lucha
y construcción, sino como evento en el marco de la experiencia
estética
de la "oscilación" y relacionado con el juego y la fiesta.
Conclusión
El autor dedica el
penúltimo capítulo
de su estudio al tema de la religión en Vattimo en cuyo centro
está
el paralelismo entre la "kenosis" - es decir el "vaciamiento" de
la divinidad en la encarnación - y el debilitamiento del ser.
Vista
así, la experiencia religiosa (cristiana) secularizada es una
experiencia
eminentemente no-violenta. Esto lleva a la pregunta del último
capítulo:
"una secularización de la paz?" que el autor responde en el
sentido
de un pasaje de la paz metafísica a la emancipación
estética
y no-violenta, lo que en último término significa una
paz sin utopía.
La paz, así
entendida, es "lo
pacífico" o también "la paz de la gente" (I. Illich), lo
cual no es otra cosa sino "la vida normal y corriente de comunidades
vernaculares,
que mantienen su cultura a pesar del proyecto nivelador del desarrollo,
siempre cercano a la violencia abierta o estructural." A diferencia de
un cierto romanticismo pre-tecnológico en el pensamiento
de
Illich, Sützl ve a las technologías de la
comunicación
como parte integrante de "la vida normal y corriente de comunidades
vernaculares",
al menos como posibilidad y oportunidad. Es desde esta
concepción
de lo pacífico como algo eventual e imperfecto, desde donde se
puede
poner en cuestión débilmente, por decirlo a la
manera
vattimiana, a la violencia y también desde donde se puede poner,
de nuevo débilmente, la cuestión de la violencia.
Este
trabajo representa un
estudio
importante al mismo tiempo creativo y exhaustivo del pensamiento de
Vattimo
en el contexto de la filosofía contemporánea europea y
transatlántica.
El autor expone en forma clara los puntos centrales del pensamiento del
filósofo italiano, iluminando la temática central de la
violencia
desde diferentes perspectivas (histórica, metafísica,
ética,
estética, técnica, política...) tomando como hilo
conductor el cuestionamiento de la metafísica en el pensamiento
nihilista de Nietzsche así como en la experiencia del
"debilitamiento
del ser" en Heidegger. Sützl analiza las críticas a este
pensamiento,
mostrando límites y perspectivas de una y otra
posición.
La tesis central de este
estudio está
expresada en el concepto de "pacifismo estético". La
"emancipación"
es vista como una alternativa a la "violencia", pero a diferencia de la
concepción tradicional ética o "positiva" de esta
alternativa se trata, en el caso de Vattimo, de pensar la
emancipación
como un pacifismo estético o "negativo". La alternativa
clásica
no sería, en otras palabras, una verdadera alternativa ya que
quedaría
enmarcada, basándose en ideales, fundamentos, razones o dogmas,
en un intento de superación "positiva" de la violencia que
implicaría
a su vez una posición "violenta". Esta tesis es no
sólo un avance
importante en el estudio del pensamiento de Vattimo sino también
de la problemática teórica y práctica actual de la
violencia y de la búsqueda de paz o, mejor dicho, de paces.
Ultima
modificación: 19 de agosto del 2017