[El martes 29 de noviembre de 2016 el
Director General de Continental, el Dr.
Elmar Degenhart, discute en
Berlín sobre el tema de
automóviles autónomos con Rafael
Capurro a invitación de la Asociación
de la
indusrtria automotriz]
Los automóviles, al igual que otras
herramientas, son parte de una red
simbólica y pragmática, es decir,
del mundo que los seres humanos compartimos. Las categorías de
autonomía y
subjetividad eran fundamentales para la forma como nos concebimos como
seres
supuestamente libres en la Edad Moderna. Es paradójico que en el
momento mismo
en que nos hemos dado cuenta que ya no
estamos aislados, que
no somos sujetos individuales, sin mundo,
con una especie de autonomía 'noumenal' (I. Kant), proyectamos
estas categorías
en los llamados 'automóviles autónomos'. La
programación
algorítmica de reglas morales y/o legales no involucra el mismo
tipo de
reflexión social tradicionalmente llamada ética o
filosofía práctica. Es
engañoso pensar en la ética 'occidental' como 'individualista' y
sugerir que necesitamos ampliar esta ética
individualista con alguna forma de 'moralidad distribuida'.
La moral (del latín: mos/mores = costumbres), entendida
como reglas (implícitas o explícitas) de conducta humana,
es esencialmente distribuida, es decir, social, y la reflexión
ética sobre
tales reglas tiene lugar también de una manera distribuida.
Esto no quiere decir que no tiene sentido
programar reglas en máquinas que no saben nada respecto a lo que es una regla, o lo que significa
seguir una regla (L. Wittgenstein).
La presente discusión – por no decir:
obsesión –
sobre problemas éticos y legales
de los automóviles
autónomos puede ser interesante para filósofos,
pero nos desvía de los problemas
más amplios y urgentes de la movilidad en la era digital. La discusión está presionada por los global players de la industria
digital y no apunta, por supuesto, a lo
mejor para la humanidad, sino a la
recolección de la mayor cantidad posible de datos
personales para su uso comercial y con diversos fines politicos. El
desafío no son los automóviles autónomos sino
diversas formas de conectar automóviles a redes digitales, o sea
de 'des-auto-movilizarlos' y no de autonomizarlos.
Esto no significa que la tecnología
digital no pueda y deba ser utilizada para crear nuevos sistemas de
tráfico
menos mortales y más eficientes que los que tenemos actualmente,
sobre todo con miras a reducir el número de accidentes, los
atollamientos de tráfico, la
emisiones que envenenan el medio ambiente o el ruido producido por los
automotores en nuestras ciudades y carreteras. Necesitamos una
reflexión
ética interdisciplinar sobre sobre la movilidad siendo esto algo
que concierne no sólo a la vida social sino también al
futuro del planeta. Los automóviles con diversos grados de
'autonomía' pueden ser, en determinados
contextos, una posible contribución a la seguridad del
tráfico, pero también
pueden transformarse en parte del problema sobre todo si se cree que se
puede
delegar la responsabilidad moral a algoritmos.
Es necesario crear además una estructura digital
apropiada que sostenga, por así decirlo, esta forma de movilidad
y que haga una diferencia con las carreteras y calles creadas en la era
industrial. Finalmente es importante tomar en cuenta diferentes
entornos geográficos, culturales y legales que subyacen a los
sistemas actuales de (in-)movilidad y que han de tenerse en cuenta
cuando se trata de crear algoritmos para automóviles
autónomos. El pronóstico de que dichos automóviles
van a reducir el número de accidentes mortales es algo que no
puede probarse a priori.
Finalmente, lo que es más necesario, es crear
grupos de reflexión sobre el tema de la movilidad en la era
digital, en diversos niveles y con diversos objetivos. La
discusión iniciada por la Asociación
de la industria
automotriz es un buen paso en esa dirección.
Más sobre este tema:
Digitization
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Living
with online robots
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quest for roboethics: a survey
Autonomous
Zombies are not an Option
Agradecimiento
Agradezco a Miguel Angel
Pérez Álvarez (UNAM, México) por la
traducción de este texto del inglés al castellano.
Ultima
modificación: 29 de junio de 2017